El sábado era el día grande del Bilbao BBK Live, protagonizado por el gran nombre de la temporada festivalera (no le hubiera importado firmarlos ni al Primavera Sound), y el principal responsable del sold out del festival, The Black Keys.
Así que para ir calentando motores, subimos pronto para ver a M A J E S T A D, quienes cuando llegamos estaban tocando la parte instrumental de su primer EP, que podría funcionar de miedo como banda sonora, pero que en un festival es más difícil de digerir. Para el final de la actuación reservaron, “Sendero Luminoso” y “Madrid” y el asunto, a pesar de que Pepo Márquez rompió una cuerda que cambió en directo, mejoró bastante.
Belako no llenaron la carpa Sony al mismo nivel que Izal o El Columpio Asesino (por cierto cuidado con programar en cubierto en horario diurno, porque el sábado por fin hizo sol y calor y aquello parecía un horno de vapor), pero congregaron a un buen número de espectadores que pudieron certificar la cada vez más patente evolución del combo de Munguía.
Rudista contundencia post punk mezclada con frescura y radiante juventud, que debe traspasar ya las fronteras de Euskadi.
Como Band of Horses tocaban el mismo día que The Black Keys, quizás no llamara mucho la atención su nombre en el cartel, pero eran una de las mejores propuestas del festival. No defraudaron un ápice. Encabezados por un animadísimo Ben Bridwell, combinaron canciones de sus tres últimos discos por igual, predominando al comienzo las más poperas y accesibles, para luego ir oscilando sin prisa hacia pasajes de puro folk. Supieron crear y mantener la atmósfera más emotiva del festival.
Los Lumineers llegaban a Bilbao con la carta de presentación de la notable repercusión que ha tenido su único disco homónimo, y en especial la canción “Hoy Hey”. Abanderados del country más delicado, ofrecieron una actuación cuidada y llena de detalles, pero que a partir de la tercera o cuarta canción aquello se convirtió en un tostón inaguantable con olor a establo de Colorado. Da igual que Wesley Schultz se baje al público a tocar las dos canciones del disco (aparecen en la versión extendida) con nombre de mujer (“Darlene” y “Elouise”), por mí como si se desnuda y provoca tres mil desmayos entre sus fans, porque si encadena ocho medios tiempos casi todos acústicos, mejor la próxima vez les preparamos un teatro.
Antes de empezar a narrar el directo de The Black Keys, tengo que decir les ví desde la zona central de escenario y por delante de la torre de mezclas, lo que me permitió tener un sonido alto y nítido y meterme en el concierto desde el inicio. Lo digo porque he leído quejas y quizás sea cierto que faltó algo de volumen en la parte más alejada del escenario.
A pesar de este contratiempo, y de que podían haber evitado tanta pausa entre canción y canción, los de Nashville ofrecieron un show irresistible. Su mezcla de rock, garaje y blues funciona como una apisonadora en cualquier festival, a través de canciones incontestables como “Dead and Gone”, “Gold on the Ceiling” o “Bullet in the Brain”. Porque Dan Auerbach y Patrick Carney no especulan, conocen bien la potencia de sus dos penúltimos discos -Brothers (2010) y El Camino (2011)-, así que los explotan sin reparo, al mismo nivel que su recientísimo Turn Blue (2014).
El final fue simplemente apoteósico. Tras bailar “Fever”, cuarenta mil personas explotaron con “Lonely Boy”, se tomaron una pausa con “Little black submarines” y se dejaron las últimas fuerzas en “I got mine”
Tras Black Keys fue el turno de MGMT, un grupo que, a priori, puede dar bastante miedo en un festival, ya que sus dos últimos discos están llenos de pasajes predominantemente oníricos con los que pueden enterrar a cualquier despistado. Sin embargo Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser parecen haber encontrado el tempo adecuado para sus actuaciones, porque, sin renunciar a sus interesantes acercamientos a The Flaming Lips (llegaron a tocar los 12 minutos de “Siberian Breaks” antes de romper con “Kids”), supieron equilbrar el setlist con los pasajes más movidos de su discografía (tampoco faltó “Time to pretend”), para firmar una de las mejores actuaciones del Bilbao BBK Live 2014.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 14 July, 2014
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