Segunda jornada del BBK Live, protagonizada a priori por los primeros solapes del festival, Jack Johnson e Izal, y El Columpio Asesino y Palma Violets. También era el día de The Prodigy, pero de ellos hablamos luego. En cuanto a los solapes, no han solucionado el problema de espacio en el escenario Heneiken. Ayer Jack Johnson volvió a ser un tapón gigante, a pesar de que Izal llenó a rebosar la carpa. A la hora que tocaron Palma Violets, casi todos los ingleses estaban ya en la cama después del soporífero espectáculo de Prodigy, así que ganó El Columpio por goleada.
Pero comenzamos el festival un poco antes, con Conor Oberst que llenó la carpa de melodías de corte clásico magníficamente ejecutadas. Tocó sobre todo su nuevo disco, Upside Down Montain (2014), dejando suficiente espacio para contentar con tres o cuatro canciones a cualquier fan de Bright Eyes.
Bastille, enésimos niños mimados del NME fueron una pequeña decepción. Especie de Killers de última época hiphoperos, enterraron en pausas sus resultonas canciones. Lo más decente fue el final, su clásico mash up entre “Rhythm is a Dancer” de Snap y a “The Ryhthm of the Night” de Corona, para rematar con su tema más conocido “Of the Night”.
Mientras Izal llenaban inexplicablemente la carpa Sony, Jack Johnson ofrecía una actuación sencillamente impecable. Y eso que cuesta seguirla, porque entre suspiros de fans femeninas y bragas volando, cualquiera se distrae. Pero el hawaiano me imagino que estará acostumbrado, así que, como si no fuera con él la cosa, mezcló las mejores canciones de su discografía para cerrar ante un público rendido con “Better Together”.
Recuerdo haber visto a Foster the People presentar en un Dcode importantes buenas maneras después de su primer disco. Aún así, me sorprendió muchísimo la dimensión que ha adquirido el grupo con tal solo otro álbum más. Jaleados por miles de fans, imponentes sobre el escenario (unas veces con tres teclados y otras con tres guitarras), y sobre todo, cada vez con más canciones que funcionan como un tiro. Abrieron sin contemplaciones con lo más movido del Supermodel (2014), mantuvieron el ritmo todo el concierto y remataron uno de los mejores conciertos del festival con “Pumped up Kicks”.
¿A quién se le ha ocurrido colocar a The Prodigy como cabezas de un festival no electrónico? Habíamos quedado que había que programarlos después del grupo principal como remate de la noche antes de los Djs, porque realmente, no hay mucha diferencia. Comenzaron mal pinchando a todo trapo antes de tocar algo parecidísimo a su música pero sin letra. Así que cuando salieron, medio escenario estaba ya bailando pero a su bola. Abrieron con “Breathe” y en seguido soltaron “Firestarter”, por lo que consiguieron retener la atención del público un rato, pero a partir de aquí, se podían haber ido y haber dejado la música puesta. Salvo porque había dos señores de ciertas edad pero portentoso físico dando saltos por el escenario, aquello parecía uno de esos conciertos de Chemical Brothers en los que no se sabía si tocaban, pinchaban o habían puesto un pendrive. Cuando consideraron que habían hecho ejercicio suficiente, Prodigy apagaron las luces y ante la indiferencia general, se marcharon a la cama, acompañados por casi todos sus compatriotas.
La mayor parte de los españoles prefirieron aguantar para ver a unos desatados El Columpio Asesino, y yo terminé la noche con Palma Violets, cuatro londinenses que, salvo las referencias góticas, crecieron escuchando los mismos discos que The Horrors. Garage de digestión tan amable como urgente, son uno de los grupos ingleses de guitarras con más futuro de la actualidad.
Más información:
Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 12 July, 2014
Destacado, Festivales