[Publicado en Muzikalia] El Contempopránea de Alburquerque ha sido tradicionalmente uno de los festivales con más carisma de nuestro país. Con el Castillo de Luna como marco de celebración y una cuidadísima selección de grupos poperos, el festival consiguió convertirse para miles de fans en un pequeño Indietracks de escala nacional. Con la llegada de la crisis y la subida del IVA cultural, el Contempopránea tuvo un par de años complicados que parecen haber quedado olvidados porque el festival no solo ha conseguido mantenerse, sino que incluso ha crecido con una nueva edición paralela en Badajoz. Del festival original, la versión pacense del Contempopránea mantiene una ubicación increíble, la Alcazaba de Badajoz, y una generosa logística (como suenan los dos escenarios), pero propone un cartel más abierto, lo que en su primer año de celebración ha atraído casi 5.000 personas por día, quizás menos especializadas, pero igual de entusiastas.
La mayor pega que le veía al festival a priori era uno de los elementos fundamentales en cualquier evento de este tipo, la cerveza, en este caso Cruz Campo. Sin embargo sorpresa, no ha estado tal mal, y no ha sido peor que la Heineken u otros brebajes amarillos que los festivales venden como cerveza. Aunque le tengo un tirria especial y solo ver uno de sus grifos me produce acidez, la verdad es que en Andalucía y Extremadura la Cruz del Campo se pude beber. Debe ser que cruzar hacia el Norte Despeñaperros la agria. Seguiremos investigando.
Por lo demás Badajoz ha sido una ciudad comodísima, barata sin aspavientos y con un centro bien surtido de bares de tapas y mucho ambiente. En conjunto el festival ha sido comodísimo y dependerá del cartel que repitamos.
En cuanto a lo puramente musical, el viernes comenzamos la jornada con Sidonie y su Sierra y Canadá, la enésima apuesta de los catalanes para acercarse a su mayor referencia actual, ¿los Beatles? No, Pereza. Guitarras que conservan el rescoldo de los inicios del grupo y unas letras dignas de que la Fiscalía intervenga de inmediato, componen un conjunto que por lo que fuera funciona en directo y hace que la gente lo pase pipa, más si cabe si versioneas el “Video Killed the Radio Star” de los Buggles.
The Horrors, también con nuevo disco a presentar (Luminous), confirmaron su excelente estado de forma. Psicodelia y post punk oscuro que en directo se transforman en una hipnótica muralla de ruido, con un setlist que mezcló nuevas canciones y lo mejor de Skying (“Moving further away”) y Primary Colours (“Sea within a sea”).
Maxïmo Park y su post punk que no caduca porque Paul Smith, su vocalista, le pone tantas ganas que hasta cantando habaneras haría bailar al personal. Hits desde la segunda canción (“Our Velocity”), el concierto fue un torbellino contagioso y bailable hasta cerrarse por todo lo alto con “Apply some pressure”.
El sábado Veronica Falls reivindicaron de la mejor manera posible el carácter original del festival, el indie pop. Ruido y melodía en exquisito equilibrio, los londinenses ofrecieron una contundente actuación dedicada por igual a sus dos discos.
El Columpio Asesino colocaron en su anterior disco, Diamantes, una bomba de relojería titulada “Toro” que sonó y se bailó hasta el infinito. También ha marcado el estilo hacia el que han dirigido su nuevo trabajo, Ballenas muertas en San Sebastián, donde el ritmo y los teclados ganan terreno sobre las guitarras. En directo son una apisonadora que no deja tiempo prácticamente ni de respirar, con “Babel”, “Ballenas muertas en San Sebastián” y “Toro”, sonando como puñetazos.
The Pains of Being Pure at Heart han sumado un nuevo disco y unas cuantas buenas canciones adicionales a un repertorio de bastante nivel. Indie en estado puro, pero que en directo peca de instrospectivo e inocente. Al menos se les ve mejorar en un ámbito en el claramente no se sienten tan cómodos como en el estudio.
Mercury Rev vive en 2014 de los réditos de aquel magnífico Deserter’s Songs de 1998. Salvo cierto mercantilismo, nada que objetar porque como los Pixies lo suyo, lo bordan. Densos hasta niveles de My Bloody Valentine, los norteamericanos ofrecieron en Badajoz una actuación quizás menos desatada de lo que es habitual en ellos (aunque Jonathan Donahue salió al escenario pegado a su tradicional botella de vino que bebe a morro), pero igual de rotunda que siempre.
Como fin de noche, la orgía habitual de Love of Lesbian que es un grupo del que poco malo se puede decir porque hace feliz a la gente. En el Contempopránea tardaron algo más ya que al público le costó entrar en calor al estrenar varias canciones nuevas, pero en cuanto oyeron aquello de ¿para qué queréis el Sena si teneis el Guadiana? (lo he oído decir también con el Ebro), la Alcazaba explotó en una auténtica fiesta con la que dimos por finalizado el festival.
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1 July, 2014 at 11:59
electronic hookah stick Crónica y fotos del Contempopránea 2014 de Badajoz #cpop14 | Surfer Rosa