Dos años después de publicar uno de los mejores regresos discográficos que se recuerdan en mucho tiempo, Redd Kross continúan una gira que se ha transformado en algo casi permanente. Lo hacen, evidentemente por aprovechar los últimos años de su carrera, pero también por puro gusto por los escenarios, por los que suelen pasar como un huracán, y porque tienen un público fiel que si pudiera les vería al menos una vez al año. Con España siempre han tenido una relación especial, de hecho, Jeffrey McDonald cuenta en las entrevistas que volvieron porque se lo pedían los fans de aquí. Sin duda, se hacen merecedores de la pasión de sus seguidores. Inicialmente habían programado una sola cita en Madrid en la Sala Sol cuyas entradas que se agotaron en tiempo récord. En vez de cambiar de sala a una más grande y fría, decidieron abrir un hueco de la gira para repetir en Sol.
El mismo dinero por el doble de trabajo, que merece la pena para tocar en uno de los mejores sitios de Madrid para hacer ruido con el público lo más cercano posible. Sobre todo porque en Madrid había ganas de ver a los hermanos McDonald, después de que las dos últimas visitas de Redd Kross tuvieran destinos frustrantes. En la penúltima, en la antigua Sala Arena, el concierto se canceló, y en la última, en aquel Primavera Club de los aforos y la Policía Municipal, tocaron ante unas decenas de personas sentadas.
Así que, antes de salir al escenario y comenzar su estruendosa descarga de adrenalina con “Switchblade sister”, los de California tenían buena parte del trabajo ya hecho (a ello también contribuyó la energía de Layabouts, los teloneros). Pero lo de llegar a mesa puesta parece que no les sentó demasiado bien, porque, aunque formalmente el concierto siguió discurriendo por la senda de un grandes éxitos eufórico, faltaba algo. Quizás fuera más empatía por parte de Jeff, o al menos alguna sombra de duda en cuanto al éxito de la noche. Lo más seguro es que en realidad ninguna de estas cosas hiciera falta. A golpe de guitarrazo y melenas, especialmente en “Stay away from downtown”, la eterna “Annie’s gone” y “Deuce” (versión de Kiss), Redd Kross dibujaron una sonrisa enorme en la cara de de todos los presentes que tardará en borrarse.
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17 January, 2014 at 9:42
Realmente tenía muchas ganas de ver a Redd Kross en directo, y puede que demasiadas expectativas… El concierto sonó mal, lo cual es raro en la Sala Sol. Y aunque había energía, faltaba química. Para ser justos, parece que Jeff McDonalds estaba con gripe, por eso estaba tan frío al principio y no cantó bien.
Una pena para el público de Madrid. Ójala fuera rica para poder repetir con ellos el día 21 y quedarme con mejor recuerdo