Nunca podré entender que el viernes sobraran entradas para el concierto de Subsonics en Siroco. Por diez euros se podía ver a una de las bandas míticas del garage americano, liderada por el imprescindible Clay Reed. Los de Atlanta llevan más de 20 años mezclando como demonios el rock & roll oscuro, con punk, garage y glam. Da igual lo que toquen, porque su directo siempre es un viaje demencial lleno de ruido y carácter. Clay hipnotiza con su voz de Lou Reed y sus muecas, mientras Buffi Agüero impresiona machacando la batería de pie y Shane Pringle en el bajo aporta el contrapunto de la serenidad.
Las canciones no llegan casi nunca a los dos minutos, y se lanzan una tras otra como puñetazos llenos de chulería y rabia, a través de un sonido minimalista, descarnado y adictivo. En Siroco se dedicaron sobre todo a sus nuevos temas, agrupados en In the black spot (Slovenly Recordings, 2012), pero tuvieron tiempo de sobra para recuperar prácticamente todas sus grandes glorias, e incluso versionar de forma huracanada el “I Heard It Through The Grapevine” de Marvin Gaye. Como sería el de Comet Gain al día siguiente en Moby Dick, un concierto imprescindible y difícil de olvidar.
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22 October, 2012 at 13:55
No jodas que no estaba lleno!
O se liaron en la puerta o vendieron todo el aforo que pueden y es poco.