El sábado de El Día de la Música comenzó con más calor aún que el viernes, lo que deslució un poco dos buenos conciertos de Fanfarlo y Spoon. Los londinenes estuvieron muy variados, recurriendo incluso a metales para completar uno de los mejores sets que en clave pop se pudieron escuchar durante el fin de semana. Los de Texas, guitarreros y algo sucios en cuanto al sonido, trataron de animar la tarde recurriendo a sus pasajes más bailables. En cualquier de los dos casos, la mayor parte del público optó por escuchar los conciertos a la sombra y desde cierta distancia, lo que hizo que no se creara demasiado ambiente.
Mercury Rev comenzaron declarando que iban a tocar canciones nocturnas a pleno sol. El comentario no implicaba crítica alguna, pero la verdad es que si los hubieran programado más tarde, el concierto hubiera ganado enteros. Y eso que no estuvo nada mal, todo lo contrario. Jonathan Donahue y los suyos salieron enchufadísimos y bordaron el mítico Deserter’s Songs, uno de los mejores discos de finales de los 90, y ocaso de una banda que envejece con dignidad. Por cierto, Donahue salió al escenario armado de una Reserva de Viña Albali. Obviando el hecho de que la bebía a morro y con todo el cariño que puede merecer un Valdepeñas, ¿no había ni un riojita en el backstage?
A Breton fuimos a verles porque Other People’s Problems ha sido una de las sorpresas del año. Pop guitarrero con un punto de experimentación electrónica, los londinenses ofrecieron una actuación plena de frescura y actitud.
Love of Lesbian eran quizás el atractivo masivo del fin del semana. Sin embargo, no consiguieron atraer ni a la mitad de la gente que el año pasado Vetusta Morla. Animados por un Santi Balmes cada día más estrella, su directo comenzó animado pero se perdió en los interminables recovecos de su reciente último trabajo. Los barceloneses competían con la selección española de fútbol, que a la misma hora juagaba contra Francia en las pantallas del escenario contíguo (una dudosa decisión de la organización, quien quiera ver el fútbol que se vaya al bar de enfrente del Matadero), y aún sí salieron airosos gracias a la fidelidad de los fans de John Boy que son capaces de perdonarles hasta un álbum doble conceptual que contiene una canción titulada “Si Tú Me Dices Ben, Yo Digo Affleck” (y luego hay quien se metía con Deluxe por aquello de “Tus Discos de Platino, me importan un pepino“). Como siempre, lo más celebrado, “Algunas Plantas”, y esa inexplicable y circense forma de interactuar con el público, ahora os sentáis, ahora os levantáis… No le demos más vueltas, la gente se divierte, se lo pasa bien, y precisamente en los tiempos que corren eso es lo importante, el circo.
Con Maxïmo Park me pasa algo parecido que con Two Door Cinema Club. Me gustan pero me hartan, porque a estas alturas el post punk necesita unos años de barbecho para reinventarse. Por lo menos sirvieron de contrapunto ameno al interminable concierto de Love of Lesbian y fue entretenidísimo ver a Paul Smith saltar, bailar y gesticular. Como pueden prever, diferencias abismales entre los hits y el resto de canciones.
Para terminar unos soberbios y sofisticados Metronomy, a los que aún les faltan varios hits pero les sobra elegancia. Una manera estupenda de empezar una noche que, sin embargo terminó en coitus interruptus, por culpa de los ya suficientemente maldecidos horarios del festival. El año que viene más, y esperemos que por fin hasta más tarde.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 26 June, 2012
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