[Publicado en Muzikalia] Linda Mirada presentó anoche su segundo disco, Con mi tiempo y el progreso, en la misma sala donde hace más o menos un año estrenó su debut. Comparando los dos conciertos, parece que poco ha cambiado desde China es otra Cultura. Ana sigue bebiendo ron con Coca Cola, y recreando los ochenta con tanta elegancia que convierte en atemporal una acertada y amena mezcla de añoranza. También se sigue despistando con bastante salero y naturalidad cada dos por tres (esta vez por culpa de Eurovisión), y volviendo al concierto gracias a su hermana María, cada vez más protagonista, y artífice de buena parte del ritmo.
Es una pena que lloviera el sábado en Madrid, porque las nuevas canciones, inspiradas por el sol del Puerto de Santa María (algún día habrá que escribir sobre la importancia de este municipio de Cádiz para el indie nacional), funcionan mejor después de un día de calor que invite al hedonismo nocturno y alevoso. Aún así, gracias al ambientazo que reunió el concierto, la mitad del público ya bailaba desde “De Buena Familia, De Barrio Residencial”, celebró “Secundario” o “Mientras la música no pare”, y terminó desmelenado (¿quién gritaba lo de ¡Arriba Maricones!?) con “Tokio” y “Solo”, lo más festivo de China es otra Cultura. Si es así de divertida, viva la nostalgia.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 21 May, 2012
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