Ayer estuvimos en el Castañas y Buñuelos, un mini festival que se organizó en la Riviera aprovechando la víspera de la Almudena, festivo en Madrid. El planteamiento a priori parecía ambicioso. La web del evento prometía “reinventar la verbena” y extender el festival fuera de la sala aprovechando la zona exterior en la plaza adyacente y el río. Sin embargo, nada más llegar se podía comprobar que, por lo que fuera, el concepto de nueva verbena se reducía a los conciertos en la sala y un triste puesto de castañas en el exterior.
En cuanto al cartel, la apuesta era atractiva pero un tanto extraña por la mezcla. La Estrella de David y Nacho Vegas, grupos no excesivamente fáciles, compartían espacio con Manel o The Zombie Kids, todo lo contrario en cuestiones de accesibilidad. El resultado fue que se celebraron dos o tres festivales en uno, o mejor dicho dos o tres conciertos estancos. Hubo gente que fue a ver a Manel y se marchó, otros a Nacho Vegas, y muchos que solo pagaron por bailar como si fuera un miércoles en el Zombie. Por lo tanto, los conciertos, salvando el de Manel, quedaron un tanto deslucidos, con mucho ruido (a pesar de no haber demasiado gente) y mal sonido, y lo que más éxito tuvo fueron las pinchadas.
Abrían You Don’t Know Me, combo de rock famoso por haber ganado un concurso televisivo y a los que no pudimos ver porque tocaron a una hora difícil de compatibilizar con un trabajo. También nos perdimos la mayor parte de La Estrella de David, una formación del lujo (David Rodríguez, La Bien Querida, Crepus…) con uno de los mejores discos del año a los que tengo muchas ganas de ver en condiciones. En la Riviera lo poco que ví sonaba confuso y auguraba el tono del resto de la noche.
Manel salieron con ganas y alegría para defender una nueva vez más su flamante 10 milles per veure una bona armadura (Warner-Discmedi, 2011). Pop y folk de fácil digestión en el que ni el idioma es un obstáculo para arrasar entre un público bastante joven. Al contrario, incluso en Madrid cada vez más gente disfruta de las ventajas de la afrancesada sonoridad del catalán. Sobre todo cuando grupos como Manel son sensibles al púbico castellanohablante y se preocupan por ir traduciendo las letras o por lo menos contando de que van las canciones. Muy en forma, merecen el éxito que están cosechando.
Nacho Vegas, acompañado por el grupo con el que emprenderá su nueva gira, La Cuarta Trama, era la cabeza de cartel y atrajo fans, pero no los sufientes para acallar un murmullo generalizado. Obviando que tiene un mini LP nuevo recién salido del horno (Como hacer crac, Marxophone 2011), Nacho se centro en La Zona Sucia, su penúltimo disco, a pesar de que tiene menos de 10 meses de edad.
“Cuando te canses de mí”, “La gran broma final” o “Reloj sin manecillas” se fueron alternando con una mezcla bastante heterogénea de antiguos medios tiempos con Desaparezca aquí (“La noche más larga del año” y “Ocho y medio”) como referencia, y espacio para Canciones desde palacio (“Canción de Palacio #7” con recado a Steve Jobs) o El tiempo de las cerezas (“Días Extraños”). Lo mejor, el impresionante e irónico retrato de la crisis que se ha marcado en “Como hacer crac”. No hemos oído el resto del nuevo disco, pero como siga esta línea va a ser importante. Por cierto, mientras Nacho cantaba aquello de que “han desahuciado a la familia Botín”, la Riviera cobraba las cervezas a precio de auténtica crisis, 5.50 eurazos.
Tras los conciertos, la fiesta a la que la mayor parte de los espectadores habían venido, los djs. Comenzaron Los Planetas, con J como protagonista y aquello fue un drama. Con una selección que iba de lo raro a lo absurdo pasando por lo evidente (Un Pingüino en mi Ascensor, La Casa Azul…), y una técnica de mezcla un tanto distraída, el líder de Los Planetas dejó claro que lo suyo no es hacer bailar a la gente. Tal fue el nivel de la pinchada que hizo buenos a los Zombie Kids. Bueno no, eso es exagerar demasiado. Los Zombie Kids son los David Guetta del indie e ideales para compartir una lista de Spotify con Pitbull. En su defensa hay que reconocer que con ellos bailaron hasta los de seguridad de la sala, háganse una idea del nivel del asunto. Para cerrar, y ya con nosotros en la cama, Eme Dj.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 10 November, 2011
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