El sábado merecía la pena madrugar porque a la una Micah P. Hinson iba a demostrar en La Fábrica de Tornillos que lo del accidente afortunadamente solo fue susto, y que al Trompe Le Monde de Pixies le sienta bien la electricidad y un poco de punk.
A la hora de la comida, Fira Fem quedaban apuntados en las agendas de muchos asistentes al Ebrovisión, y Eladio y los Seres Queridos aportaban un punto de serena intimidad.
Por la noche los encargados de abrir el Multifuncional de Bayas eran Pony Bravo, tan lisérgicos como correctos y con las ya clásicas “Noche de setas” o “La rave de dios” como buques insignia de su directo.
Gargantuan Melee (2010) es el último disco de Atom Rhumba y la mejor prueba de que, tras cuatro años de silencio el tiempo no parece haber pasado para los bilbaínos. Y lo digo para lo bueno, grandes canciones de impecable factura entre rock, R&B y garaje, y lo malo, excesiva reiteración. En directo siguen siendo un divertido huracán en el que Iñigo Cabezafuego se encarga de soplar y Rober! de sujetar el invento para que no termine de salir volando.
Erland and the Carnival eran una de las sorpresas ocultas que casi siempre tiene reservadas el Ebrovisión. Trío británico que aparentemente titula y comanda desde su drakkar vikingo (siendo exactos, orcadino) el imponente Gawain Erland Cooper, no se dejen engañar. Aquí los pantalones los lleva el polivalente Simon Tong, que empezó en The Verve, sustituyó a Graham Coxon en Blur y toca en The Good, The Bad & The Queen. El tercero en discordia, David Nock, tampoco se queda atrás, y ha trabajado con The Cult o Paul McCartney en The Fireman, el proyecto paralelo del ex beatle.
Con estos mimbres se dedican al pop de evocadora querencia folk y un toque de fresca psicodelia y son de los pocos británicos que pueden presumir de personalidad propia. Sobre el escenario presentan una cuidada puesta en escena dominada por las curiosas maneras de Erland, con canciones magníficamente instrumentadas tan oscuras como atractivas.
Javiera Mena fue para muchos otra de las sorpresas, ya que su estilo no es de los habituales en Miranda. Lamentablemente la voz de la chilena sonaba demasiado baja, así que el concierto perdió algo de fuerza. Sin embargo la calidad de Javi puede con todo y con dos canciones medio escenario bailaba ya sin rubor “Hasta la verdad”, “Primera estrella” o “Luz de Piedra de Luna”. Mención especial para la batamanta con la que salió al escenario, y el cierre con la celebrada versión del hit ochentero “Yo no te pido la luna”, que grabó por primera vez en italiano Fiordaliso y popularizó en castellano Daniena Romo.
Y tras la chilena quizás la excusa de muchos para pasarse por el Ebrovisión 2011, Vetusta Morla y su fórmula de éxito garantizado. Los de Tres Cantos llegaban a Miranda después de recorrerse media España de festival en festival. Quizás por ello su actuación no tuvo la energía de otras ocasiones, pero fue más que suficiente para llenar de épica y karaoke el pabellón del festival. Pucho & CO tienen absolutamente afinado el sonido –trabajan con dos técnicos, uno de los cuales se sitúa en el foso con un portátil-, y medido un setlist que repasa Mapas (2011), pero que no escatima con los crescendos de Un día en el mundo (2008). Es increíble ver a los fans desgañitarse con “Copenhague”, “Otro día en el mundo”, “Lo que te hace grande” o de las nuevas, “Maldita dulzura”. Personalmente, su grandilocuencia en voz y letras se me atraganta y me recuerda mucho más a Los Piratas que a Los Planetas, pero es indudable que van a ser uno de los mitos de una nueva generación indie mucho más abierta.
Delorean cerraban el Ebrovisión, algo que es casi una costumbre ya. Sin arriesgarse un ápice, los de Zarautz desplegaron con la corrección habitual la voluptuosidad de Su(I)Ibiza (2010) dando algo de calor mediterráneo a la fría noche mirandesa y despidiendo la temporada veraniega de festivales hasta el año que viene.
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20 September, 2011 at 13:06
por alguna de algun concierto cosa se nota que no estabas….