Sábado del FIB, y de nuevo pronto al recinto para aprovechar unas primeras horas ocupadas primordialmente por propuestas nacionales entre las que destacaba el “resurgir” del Getxo Sound con McEnroe y Smile, dos grupos de Las Arenas tocando en un Festival de Benicassim y con tal mala suerte de hacerlo casi de forma simultánea.
Antes que a los vizcaínos, vimos a Los Ginkas, una de las revelaciones pop de la temporada con una propuesta divertida que se disfrutó como pudo a una temperatura solo apta para fans. Ellos estuvieron muy bien e incluso consiguieron que alguno que otro bailara.
Mcenroe siguen aprovechando el tirón de su cada día más indiscutible tercer disco, Tú nunca morirás. Aunque ya va siendo hora de renovar canciones, siempre es una delicia poder escuchar cosas como “yo no voy a ser quien te haga ver que esto no es una guerra, yo no voy a ser quien te haga ver que estás equivocada” en el escenario grande de Benicassim. Comenzaron con poquito público y sin conectar el ampli de Ricardo, pero a pesar de ello ofrecieron una de las actuaciones más potentes y emotivas de los cuatro días del FIB.
Mientras Mcenroe remataban su concierto, en el escenario pequeño comenzaba a tocar Smile, otra banda de Las Arenas muy diferente a sus vecinos. Pop de entonación tan poco arriesgada como amable, no hay que quitar méritos a una propuesta que no cambiará la historia de la música pero sí dejará un puñado de buenas canciones. John, el cantante, sacó petróleo de las posibilidades escénicas de los temas, pero quizás estuvo un poco aburrido empeñado en saludar y agradecer sobre todo en inglés a un público formado mayoritariamente por españoles (los pocos británicos que han vuelto de la playa para esas horas estaban en Tame Impala).
Hablando de Tame Impala, serán un hypazo o no (el tiempo lo dirá), pero en el FIB sonaron con rotundidad y su psicoledia fue un soplo de aire fresco entre tanta distorsión. Muy acompañados de un público fan, dieron uno de los conciertos del día, con permiso de los siguientes, Lori Meyers.
Recuerdo la última vez que ví a los granadinos en un FIB, hace como tres años y en una carpa 100% hispanohablante con Noni reivindicando el espacio nacional. Sobre el escenario grande olvidaron cualquier tipo de soflama para ofrecer un conciertazo pleno de potencia y calidad que reunió a buena parte de los fibers que para esa hora estaban en el recinto. Españoles y britanos, que seguramente esperaban a Mumford & Sons, no salieron decepcionados de la enésima demostración de que los Lori Meyers están ya más para estadios que para salas.
Y sin cambiar de escenario vimos a otro grupo en franco crecimiento, Mumford & Sons. Sigo si cogerle el punto a estos ingleses empeñados en sonar a americanos, pero en directo hay que reconocer que merece la pena verles. Tocando como pocos pueden hacerlo y disfrutanto de las canciones, llenaron de sonrisas un Maravillas lleno de ingleses encantados.
La gente se ha metido hasta la saciedad con Julieta Venegas pero nade dice nada de Beirut. Son indudablemente muy buenos, pero a mí todo lo que suene a Kusturica me aburre al segundo trompetazo. Les hicimos fotos y salimos huyendo antes de que saliera la caravana serbia recién llegada de la rivera del Danubio.
Y por fin Arctic Monkeys, los que muchos califican como El Canto del Loco británico pero que son un grupazo cada vez más a tener en cuenta. Después de años discutiendo sobre si son o no un hype, los de Sheffield se han sacado de la manga Suck it and see, un cuarto disco lleno de canciones de talla.
En el FIB tocaron casi todas con más fuerza y ganas que los Strokes y mostraron una superioridad apabullante con bastantes menos hits. En el foso fue con diferencia el concierto más movido y mereció todos los alagos que puedan leer.
Primal Scream cerraban el Maravillas recuperando el Screamadelica, un grupo ideal para cerrar un escenario, pero quizás no con el mejor disco para ese cometido. Personalmente hubiera preferido verles algo antes, pero en cualquier caso era una gran oportunidad. Boby Gillespi salió un poco distraído, pero cumplió con creces alternándose en la voz con una cantante negra de voz prodigiosa. Comenzaron con fuerza “Movin’ On Up”, para luego acometer la parte más tranquila del disco “Damaged” y terminar a lo grande con “Come Together”. En el bis, cuando todo el mundo esperaba una Swastika Eyes en formato apisonadora, Boby se sacó de la manga “Country Girl”, mi canción favorita de Primal, otro gran momento para el FIB 2011.
Tras el concierto coincidimos con Mani, bajista de Primal y en su día de Stone Roses, con el que solo fuimos capaces de hablar sobre Vespas, otra de sus grandes pasiones.
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26 July, 2011 at 1:22
De verdad, quien califica a los Artics Monkeys como el canto del loco britanico no tiene ni idea de musica.