Conozco bastante gente a la que si le digo que voy a ver a Dorian se extraña. A mí lo que me parece más curioso es que cualquier grupo que en nuestro país obtenga cierto éxito de público, siempre deba pagar un peaje en forma de beligerantes detractores.
Quizás es cierto que las canciones de Dorian no están hechas para escucharlas toda la vida, pero sin duda la música de los barceloneses tiene un tiempo en el que engancha. Ayer lo volvieron a demostrar en los conciertos del Pop & Dance, con una sala Rock Kitchen llena hasta la bandera, mayoritariamente de chicas jóvenes. Ante un público enfervorecido desde la primera canción, el grupo de Marc y Belly repasó buena parte de lo más resultón de su discografía en un formato aún más festivo y potente de lo que es habitual. Los líderes de Dorian viven desde hace un tiempo en Londres, trabajando en un nuevo proyecto llamado After After Hours, y parece que la experiencia les está sirviendo para encontrar nuevas formas de mezclar pop y electrónica.
Independientemente del tono o tempo que le den al sonido, todo queda eclipsado por el entusiasmo que demuestran sus fans, que celebran las canciones como si no hubiera mañana. Con “Te echamos de menos” y sobre todo “A cualquier otra parte”, casi se cae la Rock Kitchen.
Antes que Dorian tocaron Souvenir, que veían a presentar su último disco Travelogues. Con alguna deficiencia en cuanto a sonido y unas luces más propias de La Divina Comedia de Dante que de un concierto, los pamploneses atronaron sin piedad y se quedaron lejos de lucir sus mejores virtudes.
Como comienzo de la noche, Jane Joyd, flamante ganadora del Proyecto Demo 2011, que derrochó talento y tablas acompañada por un grupo de altura. Buen fichaje para el próximo FIB.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 13 May, 2011
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