No es fácil mantener un festival de música diez años en activo, y menos hacerlo en una ciudad de apenas 40.000 habitantes como es Miranda de Ebro. Sin embargo, el buen hacer de la Asociación Cultural Rafael Izquierdo lo ha hecho posible y además, ¡de qué modo!
Trascurridos sus primeros diez años de vida, el Ebrovisión no sólo se ha convertido en una cita consolidada en el calendario musical que destaca por el mimo con el que se elabora un cartel siempre atento a los grupos españoles y al mejor pop internacional, sino que, en otras cuestiones fundamentales como son el precio, la comodidad y el ambiente, el festival mirandés es sin duda un referente imbatible que cada año gana más adeptos.
El décimo cumpleaños del festival ha sido fiel reflejo de todas estas virtudes. The Wave Pictures, Lori Meyers, Love of Lesbian y The New Pornographers han encabezado una edición en la que casi 12.000 espectadores han podido disfrutar de muchos buenos conciertos y sobre todo, de una auténtica fiesta contínua.
Comenzamos el viernes con Iván Ferreiro. El ex-Piratas, veterano de la primera edición del festival allá por 2001, prescindió de la mayor parte de su último disco, Picnic Extraterrestre, para tocar canciones de varias épocas en un directo voluntarioso y algo irregular en el que abusó de las posturas y del teclado. Los fans, sin darle importancia a estas cuestiones, disfrutaron de lo lindo.
La Habitación Roja, también supervivientes del primer Ebrovisión no estuvieron al nivel que nos tienen acostumbrados. Dejando a un lado sus mejores his, eligieron un setlist basado primordialmente en Universal, su último disco. El resultado fue un directo coherente y solvente, pero serio y falto de chispa. Lo mejor “Nunca ganaremos el mundial”, tema que interpretaron sin hacer ni siquiera ademán de aprovechar el chiste fácil que desde el Mundial de Sudáfrica ya se ha hecho clásico.
Lori Meyers eran la cabeza de cartel del viernes y cualquiera que asistiera al festival puede atestiguar que ejercieron como tales. Con un repertorio que recogía lo mejor y más festivo de su último trabajo, Cuando el destino nos alcance, y un buen número de hits de discos anteriores construyeron una actuación de energía guitarrera y contagiosa. Además, prescindiendo de la segunda línea de percusión africanista y un tanto alambicada que han usado en su última gira, recuperaron el tono clásico de su sonido, lo que hizo ganar enteros a todas las nuevas canciones.
Por último, De Vito, tras la senda de los antiguos Delorean, We Are Standard, Mendetz o Veracruz, demostraron que la mejor forma de terminar un festival es a todo trapo, a base de guitarras y sinterizadores. A los zaragozanos, que de momento solo cuentan con dos EPs, aún les queda algo de recorrido para llegar al nivel del resto de grupos que hemos mencionado, pero por lo que pudimos ver en Miranda, tienen nivel de sobra para lograrlo.
Más información:
Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 20 September, 2010
Festivales