Jornada final del Primavera, quizás la más floja a priori, pero suficiente para depararnos una buena cantidad de gratas sorpresas. Antes de los conciertos, estuvimos en la rueda de prensa de la organización del festival. Estaban muy satisfechos, y cifraban la asistencia en 31.000 personas el jueves y casi 35.000 el viernes y el sábado. Soprendente porque el fin de semana parecía haber muchas más personas que el jueves.
En cualquier caso, lo que es seguro es que el festival ha tocado techo, la organización lo sabe, y por ello renuncia a crecer más, por lo menos por la noche. Seguirán preparando cosas nuevas, pero serán actividades diurnas. En cuanto al recinto, si les dejan, repetirán en el Forum. De todos modos, urge que le den una vuelta a los espacios para, si es posible, hacer más grandes los escenarios.
Sobre los entresijos del Festival, también es curiosa la historia que me contaron (fiabilidad media) el sábado. Parece ser que el cartel, el recinto y la infraestructura se paga prácticamente con el dinero de los patrocinios, numerosos y bien organizados (San Miguel, Jack’s Daniels, Jägermeister, Ray-Ban, Adidas, My Space…). ¿Y el beneficio?. De lo que venden en las barras. Por eso cada año la seguridad en cuanto a pequeños fraudes es mayor y las posibilidades de beber más por menos dinero son remotas. ¿Y cuánto paga San Miguel por utilizar la imagen del festival? Parece que ha firmado 4 años, a razón de millón cada uno.
Sobre la música, un poco de todo. Florence + The Machine, muy sofisticada ella, estuvieron más atentos a la estética que al sonido, así que regular. Standstill, que habían triunfado un día antes en el Auditori, lidiaron con el escenario maldito, el Adidas, y salieron bien librados. The Charlatans dieron un conciertazo incontestable para cualquier amante del brip pop. The Drums, que llegaban con la vitola de favoritos y con su “Let’s go Surfing” bajo el brazo, solo aguantaron lo que duraron sus hits.
Como Pavement o Pixies, Sunny Day Real Estate, aquellos grandes tapados del grunge, fueron la excusa principal de mucha gente para acudir al festival. Hicieron un setlist un tanto extraño y defraudaron un poco a muchos fans. A mi me encantaron. Lo contrario me ocurrió con Pet Shop Boys, el grupo que cubría el cupo boutade que siempre tiene el cartel del Primavera. Parece que medio festival era refan de los británicos que triunfaron de forma apabullante. Para mí son un grupo que ni fu ni fa, y que además vi hace dos o tres fiestas de Bilbao, así que, salvo los hits y las coreografías y puesta en escena cuidadísimas, me aburrí como una ostra. Les puse a caldo en el twitter, y enseguida me llovieron las críticas.
Orbital llenó a reventar el escenario Ray-Ban y lo convirtió en una rave, con las ventajas e inconvenientes que ello conlleva. Mientras, en el Vice, HEALTH hacían apología del ruidismo y por momentos del feísmo. No estuvieron muy afinados los angelinos que deberían haber tenido la oportunidad de reventar el Auditori y hacerlo estallar en pedazos.
Para quemar nuestras últimas reservas de tickets, compartimos el amanecer con Dj Coco a los platos, dos docenas de personas bailando sobre el escenario y, en general, todo el crapulismo del festival. Que raro que nos encontráramos con medio Madrid.
Hasta el año que viene.
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31 May, 2010 at 12:00
Acaso insinuas qeu medio madrid son unos crapulas???? 😀