Segunda y masiva noche del Primavera Sound que ayer puso a prueba los límites del Forum. Más gente ya no entra, así que si el próximo año quieren crecer, tendrán que pensar en moverse (creo que ya lo tienen que hacer por imposición del Ayuntamiento). La aglomeración fue tal, que para coger sitio en Pixies, había carreras por la explanada central del reciento. Los que perdieron, vieron el concierto más cerca del mar que del escenario.
En cuanto a la música, comenzamos pronto y muy bien con The New Pornographers y su power pop delicioso. Malditos solapes, porque lo tuvimos que dejar a medias para llegar a Low. Alan Sparhawk y los suyos tocaban uno de sus mejores discos, The Great Destroyer, y no lo pudieron hacer en mejor escenario. El Auditori es perfecto para disfrutar de música con matices y Low lo aprovecharon al máximo.
Beach House fue lo siguiente que vimos con un poco de tranquilidad. Los de Baltimore llenaron a reventar su escenario, el ATP, y merecieron por lo menos el Ray-Ban. Pop étero de atmósferas, el comienzo fue precioso, pero luego se hizo algo aburrido. En mi oponión, todavía les falta algo.
Tras la paz que irradió Beach House, el torbellino Les Savy Fav, una auténtica fiesta compartida con el público. Muchos son los cantantes excéntricos, y más los que cantan desde el público y demasiados los que en directo parecen poseídos. Sin embargo, ninguno llega al nivel de Les Savy Fav. Con los de Nueva York puede pasar cualquier cosa y no hay concierto igual, siempre a expensas de los que se le ocurra a Tim Harrington. Esta vez es de las que se contará durante años.
Comenzó disfrazado, se desnudó hasta quedarse en calzoncillos, escupió, movió focos y sobre todo, actuó medio concierto desde el público. Cada tres canciones parecía agobiarse en el reducido espacio del escenario, así que cogía el cable del micrófono y, como si fuera una cuerda de abordaje, lo lanzaba al público y saltaba detrás. Los técnicos, horrorizados, daban cuerda al explorador de una sima de fanáticos que bailaban, brincaban y enloquecían porque, a todo esto, seguía sonando el post-punk del grupo. A la tercera expedición, se le rompió el cable y tres muchachos de seguridad tuvieron que sacarle de la masa.
Y por fin, los grandes triunfadores de la noche (con el permiso de unos afinados Wilco), Pixies. “Cecilia Ann” abrió una primera parte del concierto dedicada a repasar Doolittle y Bossanova, y que tuvo como grandes momentos, “Monkey gone to heaven”, “Dig for fire”, “Wave of mutilation” y sobre todo “Debaser”. A pesar de que sonaban bajos de volumen para la cantidad de personas que habían reunido, el buen hacer del grupo, especialmente en la parte rítmica (inmensos Kim Deal y David Lovering) impidió que se desluciera el concierto.
Tras “Winterlong” (la versión de Neil Young) y una versión de The Jesus and Mary Chain, comenzó a sonar el Surfer Rosa y el asunto se animó más si cabe. “Holiday Song”, y “Nimrod’s Son” fueron coreadísimas y “Here comes your man” puso a bailar literalmente a todo el festival. Tras “Vamos”, el bis perfecto con “Gigantic” (por fin cantó Kim), y la apoteosis, o la canción que debería sonar en todos los finales, “Where is my mind”.
Para cerrar el día y ante una parroquia de incondicioanles, unos divertidos pero sobrevalorados Mujeres.
Más información:
29 May, 2010 at 15:48
Queremos más fotos!!!!!!
31 May, 2010 at 12:00
Hombre, yo no creo que esten sobrevalorados los Mujeres…