A propósito de Pete Doherty y The Wire

Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 22 March, 2010

The Wire, una de las mejores series que ha emitido HBO, es una brutal y descarnada descripción, desde múltiples puntos de vista, del declive de la ciudad de Baltimore a consecuencia del tráfico de dorgas, la corrupción política, el fracaso del sistema educativo y la crisis económica. Cada temporada (son cinco), encara el problema desde un prisma diferente, policías y traficantes, obreros de un puerto desesparados y delincuentes por culpa de la reconversión industrial, políticos sin escrúpulos, estudiantes de gueto sin futuro y por último periodistas mercenarios.

Para quien haya visto la serie, es difícil creer que, entre tanta aparente degradación, exista una sanísima, ecléctica y floreciente escena musical independiente encabezada por grupos de la talla de Animal Collective, Dan Deacon, Beach House, Wye Oak o PonyTail.

Sin embargo, la realidad (no de los grupos que en concreto hemos mencionado), nos dice que los artistas musicales, por lo menos algunos, podrían haber protagonizado perfectamente un sexto prisma sobre el mundo de la droga en Baltimore, Londres o donde fuera.

Todo esto viene a que estoy enganchadísimo a The Wire y a que Pete Doherty vuelve a ser noticia y no por sus méritos musicales. El ex de la Moss se ha visto involucrado en la muerte de la cineasta de 27 años Robin Whitehead, que falleció por causa de una sobredosis. Doherty, otro fanático de la autodestrucción, es sospechoso de haberle pasado la droga y tendrá que pasar por comisaría para ser interrogado al respecto. Whitehead rodó un documental sobre The Libertines y frecuentaba al grupo.

Evidentemente, y no me entiendan mal, lo que haga Doherty con su vida y su salud me trae sin cuidado, pero meterse en un lío con un muerto de por medio, me parece otro nivel más propio de una serie de aparente ficción, que de una persona que se sube a un escenario ante miles de adolescentes.