Hace unas semanas, una serie de discográficas independientes, agrupadas en torno a la UFI, agrupación fonográfica independiente, anunciaban la presentación de una demanda de responsabilidad patrimonial contra la Adminitración General del Estado por el daño que les ha causado que el gobierno no persiga la piratería en Internet. Asesorados por Alberto Segura, abogado de Roca Junyent, el mismo bufete que respaldó jurídicamente la negativa del Ayuntamiento de Vic a empadronar inmigrantes en situación irregular (hasta que un dictamen de la Abogacía del Estado puso las cosas en su sitio), pretendían además que se persiguiera a los usuarios finales, a través incluso de reclamaciones civiles.
Mi opinión sobre este asunto es que es una barbaridad exigir responsabilidad al Estado por no perseguir algo que no es delito, tal y como lo ha declarado la Fiscalía General del Estado y buen número de sentencias. Al igual, es un puro brindis al sol, anunciar acciones legales contra usuarios que sin ánimo de lucro intercambian archivos, cuando los tribunales han rechazado en reiteradas ocasiones esta pretensión.
Todo esta iniciativa jurídica, que seguramente se quedará en agua de borrajas en cuanto alguien con cierta capacidad de equidistancia crítica repase la pretendida demanda, no más que un intento de llamar la atención en un momento en el que los defensores del concepto más tradicional de propiedad intelectual (SGAE, mayors…) parece que han conseguido preponderar y tomar la iniciativa. Por si acaso hay negocio en este asunto de las leyes, no me vaya a quedar yo fuera.
Afortunadamente, varias de las discográficas que en teoría apoyaban la demanda, parece que han comenzado a recapacitar.
En cualquier caso, me parece una barbaridad que a estas alturas, y sobre todo discográficas independientes se planteen propuestas de este tipo. Creo que ya poca gente duda que la tecnología ha cambiado para siempre el negocio de la música, y que ya no es posible volver atrás. En este nuevo panorama, algunos de adaptan, sobrevivien, e incluso crecen, y otros, lastrados por estructuras inamovibles, desaparecerán. Entre los segundos, está claro que están las grandes discográficas, dinosaurios que como la Warner entienden todo al revés, pero no esperaba ver también a alguna independiente.
El formato cd, con o sin piratería, con o sin P2P, está llamado a desaparecer tras la irrupción del mp3. Los compact disc ha sido un soporte válido durante mucho tiempo porque suponía muchas ventajas sobre los anteriores, el vinilo y la cinta. Sin embargo, todas las ventajas del cd, las multiplica el mp3. Por eso, apuesto que sobrevirá el vinilo y que los reproductores tipo Ipod irán sustituyendo paulatinamente a los compactos. Por lo tanto, el negocio no desaparece, sino que se mueve a otros ámbitos. Y en este nuevo mercado, la difusión masiva de la música, a sea de manera legal, Spottify, o de manera alegal, P2P, lejos de ser negativa, es la clave para triunfar. Basta mirar las cifras de los conciertos. La asistencia a eventos musicales se ha disparado, y el precio de los mismos, también. Gente que no quiere gastar 20 euros en un cd, paga 40 euros por ver una hora de Arctic Monkeys, o 65 por Muse. La música sigue siendo rentable, pero para el que sepa evolucionar.
Todo esto que digo yo como mero aficionado, lo cuentan mucho mejor algunos profesionales, como Sergio Picón, fundador de Muzikalia y de Aloud Records, un sello que hace ya tiempo decidió publicar gratis todo su catálogo. Os Invito a que leáis la entrevista porque no tiene desperdicio.
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[…] Más datos que avalan la buena salud de la música en España, a pesar de lo que dicen las discográficas ancladas modelos de negocio obsoletos. En concreto, y según publica hoy El País recogiendo datos aportados por la Asociación de Promotores Musicales (que agrupa a 39 empresas, entre ellas Doctor Music y Live Nation), la recaudación por conciertos ha pasado de 69,9 millones de euros en 2000 a 150,1 millones en 2008 (un 53 % más). El número de espectadores ha pasado de 21,8 millones a los 33,4 millones (un 34,8%). La oferta de espectáculos también aumenta un 50%, de los 71.045 de 2000 a los 144.859 de 2008. […]