Después de la magnífica jornada que nos deparaba el primer día del festival, nadie esperaba que las cosas fueran a torcerse de la manera en la que lo hicieron el viernes. A priori, el cartel del segundo día era de lo mejor de todo el FIB, lástima que no pudiéramos disfrutarlo. Comenzamos viendo a Nudozurdo firmar ante parte de los pocos españoles del festival una actuación sensacional. Potentísimos y muy inspirados, repasaron el setlist habitual de este año con alguna incorporación nueva para mí desconcida.
A continuación, nos acercamos al escenrio verde para ver a Cooper y Paul Weller, mientras nos lamentábamos de no poder ver a Magazine y contábamos el tiempo que faltaba para ver a Christina Rosenvinge, Los Planetas o Maxïmo Park, antes de culminar la jornada con uno de los grupos más esperados del festival, Kings of Leon. Entrada ya la noche, pensábamos rompernos la rodilla con Le Hammond Inferno es escenario grande.
Sin embargo, la cosa comenzó a torcerse con Cooper. Alex no pudo salir a su hora ya que uno de los carteles del festival comenzó a moverse con violencia. Era media tarde y aún el viento no había comenzado a soplar como en pocas lo haría. Retirado el cartel peligroso, Cooper pudo firmar una actuación solvente y divertida (“Somos Cooper y venimos a tocar canciones de amor y verano”), y a continuación Paul Weller desató el huracán. En lo musical, porque en el rato que tocó estuvo muy bien, y en lo atmosférico porque comenzaron a soplar rachas de viento que llegarían a los 70 km por hora. A partir de aquí comienza el caos, cae la noche, sube el alcohol y la organzación clausura uno de los escenarios (el cubierto) y retrasa media hora los otros dos. Poco antes, avivado por el viento, se desata un incendio en un campo cercano al festival (afortunadamente la carretera actúa como cortafuergos), que es rápidamente sofocado. El retraso aumenta y se suceden varios comunicados al público parciales y confusos. Kings of Leon en teoría van a tocar, eso dice un portavoz del FIB a los miles del ingleses que pueban el escenario verde. Sin embargo, en la carpa de prensa Julio Ruiz ya auncia que los americanos se han largado al hotel. Nadie entiende nada y tememos lo peor. Buena parte de la juventud británica que puebla el FIB han venido a ver a los Kings. Mientras tanto, el viento arrecia y cierran la carpa de prensa. En el escenario verde salen Tom Tom Club en medio de abucheos. 4 canciones y se cancela el festival por un día. Afortunadamente, las legiones británicas se tomanron el asunto con filosofía y se van al camping sin incidentes. Digo afortunadamente porque hasta el momento los ingleses la estaban liando parda y aquello tenía pinta de terminar como el rosario de la aurora. Peleas (con Paul Weller), empujones, lanzamiento de vasos llenos a veces de meadas, inconsciencia etílica masiva, han sido frencuentes durante un festival que por momentos se ha parecido a un partido de fútbol.
La salida del festival, vivió algunos momentos de caos, con roturas de vallas y un par de carreras masivas, pero por lo demás, pudimos llegar al hotel sin novedad.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 21 July, 2009
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