El viernes del BBK Live tenía el mejor cartel de los tres días del festival. Incluso, y que no sirva de precedente, presentaba hasta cierta coherencia. Bandas americanas y británicas de alternarían en el escenario con un claro denominador común, los 90. En concreto, tempranos 90 para los primeros y prácticamente toda la década para los segundos.
A las 17:30, que buena hora para un viernes, comenzaban Supergrass, aquel grupo de britpop que durante un tiempo pareció una alternativa a Oasis o Blur. Me cuentan que se defendieron al sol y con solvencia. A continuación Babyshambles la liaron un poco. Pete Doherty, que el año pasó desapercivido por serio en el FIB, parece que quiso llamar la antención y se cargó un monitor del escenario. Resultado, el concierto parado un buen rato.
Dave Matthews Band clásico americano de una época comandada por Guns N’ Roses, demostraron que pueden dar lecciones de como envejecer. Chris Cornell sin embargo dejó claro lo mal que le sentó el fin del grunge. Comenzó tocando canciones de su propio repertorio de corte americano y aburridísimas. Continuó recordando sus tiempos con Audioslave, aquel experimento que protagonizó con los músicos de Rage Against the Machine y por fin, recuperó cierta dignidad recordando a Soundgarden con “Spoonman” y “Rusty Cage”.
Kaiser Chiefs, el único grupo con algo de futuro de los que habían tocado hasta el momento, pareció tener claro que tenía que hacer la actuación más divertida del festival y a ello se puso desde el comienzo. Combinó medios tiempos con hits como “Everyday I Love You less and Less”, “Ruby”, “I predict a riot”, “The Angry Mob” o “Oh my God”, y consiguió animar y hacer bailar y cantar sin parar a un público que se queó encantado con los ingleses.
Poco despúes llegó el turno del grupo más esperado de la noche, Jane´s Adicction. Los angelinos ofrecieron un destacable grandes éxitos repleto de riffs y guitarrazos propios de un época que compartieron y protagonizaron con gente como Red Hot Chili Peppers. Algo vulgares en mi opinión, Perry Farrell y Dave Navarro hicieron las delicias del buen número de fans que se congregó para celebrar y corear hits como “Jane Says” o “Ain’t No Right”.
Terminado el revival californiano, llegó la melodía al festival: Echo & the Bunnymen. Los británicos son uno de mis grupos favoritos y no me defraudaron. Hicieron uno de los conciertos más bonitos que yo he visto hace tiempo. Tocaron una colección imbatible de grandes éxitos repletos de guitarras hechas poesía. Bajo la luz de la luna casi llena Ian McCulloch pareció inspirarse y bordó canciones como “Seven Seas”, “Bring On the Dancing Horses”, “Killing moon” y sobre todo “Lips Like Sugar”. Mítico, irrepetible, inolvidable. Llevo todo el día con el Ocean Rain puesto sin parar.
Lástima que no vayan a actuar en el FIB, en el que iban a tocar el Ocean Rain con orquesta.
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12 July, 2009 at 11:10
Me bien Echo & the Bun., sí señor. No es mi rollo y me gustó mucho.