Purple Weekend 2008 II

Seguimos de inmersión leonesa en los 60. Sábado del Purple Weekend y día grande del festival en cuanto a público y conciertos. Tras prescindir de los conciertos del MUSAC de la mañana para recuperarnos de la Allnighter de ayer, comenzamos después de comer en el Gran Café, colapsado de gente bailando a las 15 de las tarde o esperando para ver a los Hollywood Sinners. Tremendo lo a tope que va el público del Purple, ríete del FIB, esto es más duro, y encima todo seniors.

Aguantamos el gentío como pudimos y nos retiramos a tiempo para poder llegar al Estadio Hispánico con ganas de ver a The Chords, un grupo que por historia (fueron uno de los pilares del revival mod de los 70 en Inglaterra), estaba llamado a ser uno de los grandes nombres del festival. Sin embargo, cansados y cansinos, no supieron imprimir ritmo a un repertorio plagado de medios tiempos. Los problemas de sonido que además sufrieron, fueron lo de menos.

Tras la pequeña decepción de The Chords, llegaba uno de los pocos grupos activos que tocaban en el Purple, Lori Meyers. Los granadinos suponían la cuota generalista que todos los años paga el festival para no sectarizarse y atraer más público. Lori Meyers lo consiguieron porque complementaron con numerosos fans indies a los mods que abarrotaban un Estadio Hispánico con el doble de público que el viernes.

Noni y los suyos, que habían declarado que iban tratar de gustar reforzando su lado más motown, pero hicieron su setlist tradicional, sin demasiados esfuerzos por gustar a los más puristas del festival. Bien protegidos por sus fans, la potencia de su repertorio, borró cualquier posible duda del pública y les valió un resultado notable. Terminaron, sorprendentemente, con “La vida de Jacques Rigault” de su segundo álbum Hostal Pimodán.

Para terminar la noche antes de castigarnos con otra Allnighter exigente en el Oh León, otro grupo de garage viejuno (por lo menos estos no se han separado), recuperado para el festival, los Fuzztones.

Los de Nueva York, que comenzaron en 1980, suponen la vertiente glam del movimiento y tienen una calidad e historia que asusta. Sin embargo, tras los fiascos de Los Negativos y The Chords, no las tenía todas conmigo. Craso error, Rudi Protrudi y su banda hicieron sin duda el concierto del festival. Pura descarga garajera, los Fuzztones fueron interpretando sin pausa y a un ritmo endiablado sus mejores hists intercalados con nada más y nada menos que 4 versiones del que para ellos es el mejor grupo de rock, The Sonics.

Rudi, locuaz y majísimo, no dejó de dar ánimos al público, mientras que Lana Loveland, la teclista, cumplía una función que iba mucho más allá de simplemente tocar el órgano.

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