Aquellos que, además de a la música, sean aficionados a las consolas, quizás se fijaron hace unos meses en un par de anuncios, Play Station 3 y Wii Fit, en los cuales la música recordaba con bastante nitidez a unos LCD Soundsystem tamizados de pop. ¿James Murphy tratando de parecerse a Beck? No, Friendly Fires, tres ingleses de St Albans armados de un portátil y muy buenas referencias.
Tras alcanzar cierta relevancia el año pasado gracias “Paris”, single de la semana para el NME y The Guardian, Friendly Fires han alternado durante meses directos (Reading y Leeds incluidos) y estudio, para autoproducir un destacable y acabadísimo primer LP homónimo lleno de aciertos bailables. Punk funk de escuela neoyorkina, melodías elementalmente británicas, un ligero toque shoegaze que heredan de un pasado más guitarrero, y una voz de etérea complicidad, son los pilares básicos de un sonido que, a través de once adictivas canciones, divierte y seduce sin llegar a entusiasmar a quien busque originalidad.
El disco comienza, sin concesiones para la duda, con una amena y urgente “Jump in the pool”. La ya mencionada “Paris”, “White Diamons”, “On board” (la canción de los anuncios) y “Lovestick”, discurren con mayor o menor pegada y creciente velocidad por el mismo camino. En “In the hospital” se acercan peligrosamente al autor de aquel maravilloso Odelay, y por fin en “Skeleton Boy” y “Ex Lover”, desatan su faceta más electrónica.
Si desean bailar y divertirse este año no lo duden, MGMT primero, Friendly Fires a poca distancia.
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[…] Quizás no sean lo más original del mundo y terminen convirtiéndose en una castaña tipos Long Blondes, pero lo siento, “Paris” es el temazo de las últimas semanas. Por eso, ya están saliendo remezclas más o menos afortunadas. […]