Ebrovisión 2008 I: Abonados al éxito

Un año más no perdimos la oportunidad de asistir a una de nuestras citas musicales favoritas, el Ebrovisión. El festival de nuevo ha sido un rotundo éxito y creemos que le espera un futuro prometedor ya que cada vez consigue atraer más público y de sitios más variados (este año hemos visto gente hasta de Valencia). Los que nos leen desde antaño, seguro que tienen claro el por qué nuestra predilección por el festival de Miranda de Ebro, pero los que nos conocen desde hace menos, merecen una explicación que se resume en tres o cuatro palabras: sencillez, calidad, cercanía y comodidad.

¿En qué festival puedes ver a Fangoria, Teenage Fanclub y Mando Diao por 35 euros? ¿No esperar una sola cola? ¿Oir los conciertos casi a la perfección? ¿Beber copas por 4? ¿Llegar a la primera fila en mitad del concierto más cotizado con total tranquilidad? ¿Bailar hasta las 7 y media de la mañana con Amable a los platos? En fin, 8.000 personas pueden atestiguar que la edición 2008 del festival de Miranda ha merecido la pena.

Comenzamos el viernes viendo a unos de nuestros grupos fetiche, Teenage Fanclub. No llevábamos ni cinco minutos en el Polideportivo de Miranda, cuando el trío de Glasgow salía al escenario tratando de agradar a un público que, sorprendentemente, respondía con frialdad a alguna de las mejores melodías que se han compuesto en los últimos años. Norman Blake, Gerard Love y Raymond McGinley, haciendo caso omiso del poco brío de la gente, bordaban su pop heredado de los mejores Byrds, Big Star o Beach Boys, dando una auténtica lección de perfecto power pop.

Alternando sus voces en perfecta armonía en canciones de prácticamente toda su magnífica discografía (por ejemplo “I Don’t Want Control Of You”, “I need direction”, “Star Sign” o “The concept”), los escoceses fueron de menos a más para terminar a lo grande con “It’s all in my mind”. Quizás no fueron capaces de hacer que la gente bailara, pero a mí por lo menos me dejaron una sonrisa que no se borró en toda la noche.

Tras ellos, el grupo más esperado de la noche, Fangoria. Cienes de fans, que se acababan de aburrir con los Fanclub, llenaban las primeras filas y devoraban los minutos para faltaban para que Alaska hiciera acto de aparición en uno de los escenarios más horteras (menuda lámpara), que he visto en mi vida.

“Electricistas” (que temazo) y “Miro la vida pasar” fueron el comienzo de una actuación basada en el ritmo desenfrenado que en directo descarga el siempre hiératico Nacho Canut, la voz y los movimientos de una adrenalítica Olvido y la supuesta sensualidad de las bailarinas travestis. El extraño viaje, su último disco, ocupó buena parte del resto de un concierto en el que destacaron un par de versiones, “La mosca muerta” de Dinarama y una de Karina de cuyo nombre no quiero acordarme, y una broma. Bueno, Alaska lo llamó versión, pero resulta que era una canción de las Nancy Rubias y da la casualidad que Canut también les hace las canciones, así que Olvido, guapa: ya habéis salido en Muchachada Nui, no más promo barata.

Para cerrar, y ante un público rendido al ritmo y que no había dejado de bailar ni un segundo con Fangoria, los catalanes Dorian. Comenzaron rockeros y contemporizadores primando sus canciones con más guitarra. Pronto sin embargo cambiaron de tercio y a base de electrónica cerrando a lo grande el primer día del Ebrovisión. Por cierto, inmensos en “A cualquier otra parte”, un trazallo del que creo, nunca me cansaré.

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