Para conmemorar que este año se cumple el 50 aniversario de la localidad Valenciana, el Ayuntamiento organizó el pasado viernes un concierto en el que actuó, entre otros, el archiconocido grupo La Habitación Roja.
Los valencianos fueron precedidos por dos buenos teloneros: PostalCode -que nos regaló interminables temas melódicos- y Zenttric, un grupo de todos conocidos y que han abierto actuaciones de LHR en varias ocasiones.
Estos últimos compartieron con el público algunos de sus ya conocidos temas (No quiero volverte a ver, Sol, o Sólo quiero bailar) y presentaron en primicia Dèja-vu, canción que precedió a Martes, canción que utilizaron para cerrar su actuación y dejarnos con el plato fuerte de la noche.
Jorge, Pau y compañía comenzaron el concierto animando a todos a celebrar tan significativa fiesta, y dando gracias a todas las personas que habían hecho posible que actuaran en dicho evento. Toda una lección de humildad, para asombro de los allí presentes, de mi hermano y del que os escribe, desplazados desde Valencia y Madrid para tan significativa actuación.
El grupo demostró que jugaba en casa, y nos regaló –porque lo del viernes fue un regalo- más de dos horas de dedicación y entrega.
No olvidaron recordar a todos sus amigos allí presentes, como no olvidan en sus letras la ciudad que les vio desarrollarse y crecer como grupo.
Comenzaron el directo con La Vida Moderna, canción que empalmaron con Esta No Será Otra Canción de Amor y Largometraje.
Casi sin darnos tiempo a respirar, continuaron con Posidonia y Agujeros Negros.
Parecían ansiosos por tocar todos y cada uno de sus temas preferidos, como el anfitrión que recibe a sus invitados en casa y se desvive por complacerles y darles lo mejor.
No quisieron dejar de recordar que aunque Nunca Ganaremos el Mundial, la eurocopa de este año llevaba nuestro nombre -como finalmente se ha demostrado-
manifiesto éste que les sirvió para presentar el tema del mismo nombre y continuar con temas del disco Nuevos Tiempos.
No obstante, no olvidaron sus comienzos y temas como Crónico, Fotógrafo del Alma o Eurovisión siguieron formando parte del acertado repertorio.
El momento más emotivo de la noche fue cuando Jorge intentó, sin éxito, no ponerse melancólico al querer dedicar La Edad de Oro a sus primos, a Federico y a toda la gente clásica de L’Eliana.
A pesar del in-pass, no dejaron que decayera el ritmo con el que saltaron al escenario y la batería hizo de presentación del tema Scandinavia, al que siguieron otros como Un Día Perfecto, Eje del Mal, o Cuando Ya No Quede Nada, canción ésta que da nombre a su último disco, disco grabado en Chicago con Steve Albini y publicado en MushroomPillow (discográfica que acoge también a artistas como The Sunday Drivers, Sr Chinarro o Triangulo de amor bizarro).
En esta ocasión fueron concisos y directos, ni dicharacheros, ni cumplidores ni polémicos (obviaron el controvertido tema Tened Piedad del Expresidente).
Salieron a pasárselo bien, y a demostrar al público lo que significaba para ellos tocar en casa. ¡Y vaya si lo consiguieron!. No bajaron de revoluciones en ningún momento, por lo que fue díficil parar de cantar y bailar.
El concierto del viernes pasado fue un obsequio para las más de 200 personas, amigos, y vecinos allí reunidos. Como también lo fue para los que nos habíamos acercado hasta L’Eliana para tan conmemorable ocasión.
Jorge, Mark, Pau y José dieron lo mejor de ellos, sin esperar nada a cambio. Y se lo pasaron igual de bien o incluso mejor que nosotros.
La Habitación roja es ya un grupo clásico, de largo y exitoso recorrido – seis discos publicados, uno de los singles número uno en la lista de ventas del mes pasado- y que son ya merecidamente reconocidos por prensa y público como el mejor grupo de la escena independiente española.
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Escrito por Jorge Gancedo el 4 July, 2008
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