Insípida organización del ContemPOPranea para presentar su festival de música independiente el pasado viernes en la sala Ocho y medio.
Frente a la buena producción de la presentación del Ecopop hace unas semanas en el Café La Palma, los de Alburquerque escatimaron en presencia y animación del evento.
Excepto 4 carteles del ContemPOPranea que adornaban las paredes, nada daba a entender que aquello era la presentación del festival extremeño.
Afortunadamente, los dos grupos invitados dieron lo mejor de ellos mismos para animar una velada programada con sonido pop electrónico.
Montevideo defendió su tercer disco -segundo de sus LP’s- con gran acierto y entusiasmo.
El grupo formado por Manuel Villalba (ex componente de Nadia) y la argentina Damiana Dubatti (ex de Bristol), salió al escenario acompañados de Arturo, guitarrista recientemente incorporado al conjunto.
Comenzó su actuación con el tema El Avión, de su primer trabajo (Ella y él), canción con la que se dieron a conocer incluso antes de firmar con la discográfica Jabalina.
El grupo intentó elevar su voz por encima de lo que dio de sí el volumen de sus micrófonos y, salvo problemas de sonido ajenos al grupo, el resultado fue un elegante concierto de música fresca y evocadora; con canciones memorables como son Superstición, Desde que estás aquí , o Cuando miramos al sur, canción que da título a su último disco, disco publicado este mismo año.
Son temas donde se aprecian ciertas influencias del techno-pop de los años 80’s, interpretadas con cierta ingenuidad y una inocencia vital que deja ver las ganas que tienen de hacer llegar a más y más gente su fructífero trabajo.
En vivo sonaron concisos y contundentes, e hicieron estrechar lazos con el público allí presente. Cerraron la actuación con lo más animado de su repertorio: Tiempo Muerto, canción que incluso consiguió arrancar una sonrisa a la cantante argentina.
Estamos seguros de que en el ContemPOPranea nos van a conquistar de nuevo y de que su avión sí que va a despegar definitivamente e ir hacia donde se merecen: hacia el reconocimiento de prensa y público.
Tras una pequeña pausa –insisto en que se echó de menos que alguien del ContemPOPranea saliera al escenario para hablarnos del festival o para presentar los artistas- llegó el turno del segundo plato fuerte de la noche: La Monja Enana.
El dúo demostró una vez más lo que son: unos triunfadores natos que, casi sin planteárselo, han conseguido encandilar a un numeroso club de incondicionales seguidores de su música, desde su debut en el año 99 hasta la publicación de su último trabajo, Humos y Espejos (Elephant Records, 2008).
Comenzaron su actuación con el tema Trucos de salón, continuando con canciones como Veinte preguntas, Casa de Muñecas y Humano Perfecto.
Aunque, para perfecto el directo que nos regalaron en la noche del viernes. El único fallo fue el de Raccord (tema de su repertorio). Una actuación bordada, sin problemas de sonido -como sufrieron Montevideo en su actuación inicial-, y sí muchos aciertos.
La gente enloqueció con la interpretación de Ciencia en la Vida Cotidiana, Números o No me olvides: letras en las que dejan ver su influencia de lo que llaman la temática científico-paranormal-literaria; sonidos con claras guiños a artistas como Snicket o JörgenLeth.
Tampoco faltó Héroes del pasado, uno de los favoritos del público (ya era hora de que alguien escribiera una verdad tan evidente sobre las viejas glorias de la música),.
No dejaron de dedicar su quinto tema, Razón, a los alumnos de la escuela Trazos que hicieron el vídeo para la promoción. Y tras los largos y sonoros bises, remataron la actuación con su acertada interpretación de I´m a little dinosaur, canción original de JonathanRichman.
En resumen: una actuación intachable y un público entregado antes incluso de que empezaran a cantar. ¿Y es que, quién puede resistirse a una voz como la de Ana, o a esos acertados ruiditos que acompañan los acordes de Juan en los teclados? Dan ganas de seguir esa coreografía que acompaña sus letras en el escenario más allá incluso de la actuación.
Sin duda alguna, salvaron la fiesta del viernes, como hubieran salvado al mismo Titanic si hubieran sido invitados a su fletamiento.
Tras dichas actuaciones, dj rojiblanco se encargó de pinchar temazos frescos para una cálida noche de verano.
Y otra vez, lo más variopinto de la capital se reunió en el Ocho y Medio para prolongar el guateque hasta altas horas de la madrugada.
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Escrito por Jorge Gancedo el 24 June, 2008
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