Mis paisanos Lineas Albies conquistan la Plaza Mayor de Salamanca en la noche Subterfuge.
Aquí os dejo con lo que se ha podido leer de ellos en el periódico Salmantino, El Adelanto:
“Buenas noches, Salamanca. Aunque no lo parezca, somos un grupo salamantino. Pablo estudió en los Maristas y yo en las Siervas de San José”, advirtió Marieta cuando daban las 22.30 sobre el escenario de la Plaza. Con más razón que una santa, la banda Líneas Albiés no parece nacida de la piedra de Villamayor. Estas palabras las pronunció la intérprete vistiendo un mono de rayas, con un espectacular gorro de purpurina en la cabeza. A juego, formando una combinación digna de unos White Stripes charros, Pablo, la otra cara del grupo y pareja de la maestra de ceremonias, también lució bandas rojas y negras.
El comienzo ya prometía: Marieta, que saludó a sus padres asegurando que probablemente no andarían por allí, empezó con una apabullante versión a capella del Yo soy esa, en lo que fue el inicio de una serie de vertiginosos asaltos en los que el grupo reptó, saltó, se arrodilló, se besó y animó al público de la Plaza, que aumentaba por minutos. Desde atrás, se veían incluso cardados de señoras a las que no les importó lo más mínimo no saber quién diablos son Sonic Youth o por qué sonaba potente una batería si no había ninguna en el escenario. Se animaron lo mismo que el nutrido grupo de jóvenes que convirtió las losetas en una pista de baile mientras el dúo berreaba, él a la guitarra y ella a un sinfín de instrumentos (platillos, maracas, etcétera). Otro componente amigo puso ritmos de trompeta mientras a la sombra, Féderek, “el tercer hombre”, se encargó de que las bases estuvieran a la altura de un show divertidísimo, con superlativo, sí, y durante el que despacharon los temas de su disco Taxidermista.
El otro día Pablo se preguntaba cómo era posible que Salamanca no hubiera parido más bandas de rock. Si los resultados son como los de anoche, además de curioso, el dato se torna un sacrilegio. Los Albiés, un híbrido entre el origen charro y la cara cachonda de los outsiders de Madrid, porque no pueden adjetivarse como modernos (no es la palabra), triunfaron en la Noche Subterfuge, que se caracterizó por la fuerza, y ahora vamos con los Krakovia: la segunda apuesta del sello discográfico también prometía espectáculo y sirvió para redondear el chute de energía que había supuesto la banda salmantina, a la que se le notó espídica por esto de debutar en casa. Vinila Von Vismark, la cantante, le puso a la actuación tal intensidad que la cita musical casi se convirtió en teatral. Prometían rock oscuro, pero alcanzaron la rabia.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 10 June, 2008
Conciertos, Directos