Sin embargo, parece que The Long Blondes han querido demostrar con su segundo disco que son capaces de sorprender y evitar la endogamia facilona incorporando a su punk de glamour más o menos forzado, temas electrónicos que unos ratos recuerdan a la Human League y otros a lo nuevo de Portishead. Como lo oyen, Kate Jackson y los suyos y suyas, después de asegurarse que no les echan de Sheffield, con un par de pildorazos de atractiva urgencia y letras provocativas comparables a los que ya los encumbraron, “Here comes Te Serious Bit”, “I liked de boys” y “I’m going to Hell”, echan mano del teclado, y tras dos medios tiempos de bonitas guitarras, “Guilt” y “The Couples”, se ponen a experimentar ralentizando los bpms con distinta suerte. Así, consiguen sorprender con el primer single “Century”, pero pronto se pierden en terreno de nadie con inexplicables temas como “Too clever by half”, “Nostalgia”, “Round the Carpin” o “Erin O’Connor”.
La mitad del disco, casi nada. Eso sí, glamour, actitud y portadas del NME, que no falten nunca. Les verán (los que sean capaces de preferir a los Sex Pistols in it for de money a My Bloody Valentine, supongo que también a lo mismo pero sin cinismo) o incluso les veremos (si no puedo resistirme a ver a las Breeders a pesar de su infumable último disco Mountain Battles), como buen grupo Sinnamon en el Summercase.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 25 March, 2008
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