¿Hype de innegable talento o algo más? Me encantaron en concierto y había de darle una oportunidad al disco, por lo menos la misma que le dimos en su día a Alex Kapranos y los suyos.
Newyorkinos como los Strokes, renuncian casi de antemano al medio tiempo para especializarse en producir pildorazos de intensidad, calidad y densidad variables. Sin llegar a ser Interpol o Editors, aportan oscuridad al sonido y cierto grado de ambiguo lirismo en las letras. Poco que envidiar a Hot Hot Heat, The Killers o cualquier otro grupo con el que compartan geografía musical.
Urgentes y brillantes en “Nobody move, nobody get hurt”, “This scene is dead” o “The great Escape”, pierden algo de fuelle cuando reducen la velocidad de las guitarras en “Textbook” o “Worth the Wait”. El hábitat natural de sus canciones parece destinado a ubicarse a medio camino entre la pista de baile y los directos, perdiendo mucho atractivo si pensamos destinar el disco para otros usos.
Teniendo en cuenta todo esto, francamente recomendable.
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Escrito por Iñaki Espejo-Saavedra el 17 March, 2006
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